LOS “5” OJALÁS ANTES DE MORIR

Bronnie Ware es una escritora australiana que trabajó por muchos años en cuidados paliativos asistiendo a enfermos desahuciados con el fin de aliviarles el dolor en el tiempo que les restaba por vivir.

Por un tiempo Bronnie se dedicó a preguntarles a sus pacientes acerca de las cosas que hubieran hecho de modo diferente en sus vidas y según la autora “una y otra vez surgieron temas comunes”.

Tras sus respuestas decidió escribir un libro titulado: “Los 5 mandamientos para tener una vida más plena. De qué no deberías arrepentirte?”, donde recaba los cinco temas más recurrentes de arrepentimiento que manifestaron sus pacientes. Algunos otros estudiosos de la vida de Bronnie los han denominado: “los 5 ojalás antes de morir“. 

¿Cuáles fueron?

Ojalá hubiese tenido el coraje para vivir una vida auténtica por mí mismo, no la vida que otros esperaban de mí.

Es el auto reproche que más escuchó Bronnie Ware: “Cuando la gente se da cuenta de que su vida está casi terminada y mira hacia atrás con lucidez, es fácil ver cuántos sueños quedaron truncados. La mayoría no ha realizado ni siquiera la mitad de ellos y debe morir sabiendo que se debe a las elecciones que ha hecho o que no ha hecho”.

Para vivir una vida auténtica necesitamos aprender a elegir bien.

Desde que nos levantamos hasta antes de irnos a dormir estamos eligiendo. Eligiendo en cosas sencillas como qué ropa me voy a poner, el menú de la semana u otras más trascendentales como con quién me voy a casar.

Para elegir de forma acertada es vital:

Elegir lo razonable o lo posible y no simplemente lo que deseo. Todos deberíamos aspirar a conquistar desafíos y metas ambiciosas pero teniendo en cuenta que no todo es posible ni razonable en el momento en que se desea. Usa tu mente objetiva. 

Elegir el proceso en vez del resultado. Tener nuevas metas por delante es apasionante sin embargo a nadie le agrada pasar por el proceso. Por ponerte un ejemplo, puedo ser una persona que se encuentre en una situación de sobrepeso y me proponga adelgazar 20 kilos. La idea de verme con 20 kilos menos es muy motivadora ya que mi salud mejorará y tendré una mejor y más bonita forma física, pero el proceso implicará cambiar una serie de hábitos e introducir otros nuevos que requerirán un esfuerzo grande por mi parte, como una dieta, un descanso, una práctica de ejercicio regular… ¿Estoy dispuesto a abrazar un proceso largo de disciplina como éste?

No elegir por elegir sino de forma reflexiva, haciéndome preguntas como: ¿este asunto en verdad me conviene? ¿Es éste el mejor momento? ¿Qué pasará si no me decido?.

Ojalá no hubiese trabajado tanto

Bronnie expresó: “Todos los hombres que atendí lamentaron profundamente haber empleado la mayor parte de sus vidas en la rutina laboral… se perdieron la niñez de sus hijos y la compañía de sus esposas”.

Vivimos en una sobrecarga excesiva profesional en la que nos vamos perdiendo los momentos estelares con las personas que más queremos.

¿Cómo dar tiempo a los míos cuando la responsabilidad laboral, tanto en el hombre como en la mujer, se lleva tanto de nosotros?

¿Cómo podemos tener una mejor calidad de vida con nuestros seres queridos sin renunciar a lo profesional puesto que en la mayor parte de los casos es necesaria?

Aprendiendo a relativizar. Esto es saber darle a las cosas que nos pasan la importancia justa. Es la bendita capacidad para desdramatizar, de decirme a mí mism@: ¡venga hombre, mujer, esto no es para tanto, no hace falta tomárselo así!.

Dejando de tener prisa para todo. Levántate con tiempo para empezar el día tranquilo y no a todo meter. Para vestirte, desayunar, llevar los niños al cole… y hacerlo todo con tranquilidad. Las prisas nos roban los momentos más maravillosos de la vida. Relaja el ritmo. No hace falta apuntar a los niños a todas las actividades extraescolares y tenerlos con la lengua fuera hasta la noche. ¿Por qué no dar un paseo por la tarde? ¿Por qué no cenar de manera pausada y sin prisa? ¿Por qué no desde la calma y en la mesa preguntarnos cómo nos fue el día, qué fue lo mejor y lo peor?

Disfrutando los detalles cotidianos. ¿Sabes para qué tienes los sentidos?… para disfrutar de la vida. Para que cuando te comas un plato de comida recién hecho o en el tupper, puedas saborearlo sin prisas y deleitarte en ello. Para que cuando estés caminando un día de lluvia, te pares y respires una bocanada de aire húmedo y tierra mojada. Para levantarte y contemplar con calma el amananecer o el anocher. Para sentir una mano querida sobre tu hombro infundiéndote ánimo. Esto, amigos míos, son los placeres más grandes de la vida, los que podemos acariciar con nuestros sentidos, los que nos pueden ayudar a equilibrarnos para no terminar extasiados y presas del burnout. 

Ojalá hubiera tenido el coraje para expresar mis sentimientos

“Mucha gente reprime sus sentimientos para mantenerse en paz con los demás. Como resultado de esto, se instalan en una existencia mediocre y nunca llegan a convertirse en lo que verdaderamente son capaces de ser. Muchos desarrollan enfermedades relacionadas con la amargura y el resentimiento que arrastran por este motivo”, explicó Bronnie Ware en una ocasión.

Aprender a expresar los sentimientos no es tarea fácil.  Es más, es un acto de valientes. Sobre todo cuando no queremos herir a la otra persona.

La asertividad es la capacidad de mirar a alguien a los ojos y decirle: “esto que pasó me hirió, pero estoy dispuesto a arreglar las cosas si tú quieres” y hacerlo en un tono y forma adecuados.

Ser asertivos y expresar lo que siento, nos ayudará a levantar, no muros, sino puentes en nuestras relaciones.

Ojalá me hubiera mantenido en contacto con mis amigos

Como lo explica Ware en su libro: “muchos han quedado tan atrapados en sus propias vidas que han dejado amistades de oro perderse a través de los años”. “Vi un muy profundo remordimiento por no haber brindado a esas amistades el tiempo y el esfuerzo que merecían. Todos extrañan a sus amigos cuando se están muriendo”

Las amistades profundas precisan de individualidad para poder abrir de par en par el corazón y desnudar el alma.

Apartar un ratito en la agenda, ya sea en la semana, o en el mes, para tener una conversación de tú a tú en soledad nos ayudará a alejarnos de lo superfluo.

Está bien quedar con mi grupo para pasarlo bien. Es necesario y todo tiene su momento. Pero las amistades sólidas requieren de un entorno privativo para florecer.

Ojalá me hubiera permitido ser más feliz

La felicidad es una elección, una elección por lo eterno y no por lo pasajero.

Tener una vida espiritual te acercará a los valores eternos. Te ayudará a disfrutar de lo temporal, pero manteniendo tu vista más allá del sol.

Hablar con Dios, y dejar que Él te hable es un buen comienzo.

¿Dios habla?

Claro que sí. Solo hay que tener los oídos un poquito abiertos y atentos. Él puede hablarte a través de las personas, de la naturaleza, pero sobre todo, cuando te acerques a indagar con un corazón abierto la vida de Jesús plasmada en la Biblia.

De la observación de sus pacientes, la autora saca esta conclusión: “Muchos no se dan cuenta hasta el final que la felicidad es una elección. Se han quedado trabados en viejos patrones y hábitos. (…) El miedo al cambio los ha llevado a fingir ante los demás, y ante sí mismos, que eran felices. Cuando en su interior ansiaban poder reírse con ganas y tomarse la vida con humor”.

¡¡Que tengas una feliz vida!!

Vanessa Rozas

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