La metodología que utilizo para trabajar con las parejas y familias se fundamenta en un proceso estructurado y reflexivo, que incluye varios pasos y principios esenciales para garantizar el apoyo integral y efectivo.
Características Flexibles y Espacios de Liberación Emocional
Es importante destacar que esta metodología no es rígida ni cerrada. Se caracteriza por su flexibilidad y apertura, permitiendo espacios de liberación emocional donde los miembros de la familia pueden expresar libremente sus sentimientos y emociones. Esta apertura es esencial para el proceso de sanación y crecimiento, ya que reconoce la importancia de atender no solo las necesidades prácticas, sino también las emocionales.
Acciones Prácticas desde la Primera Sesión
Desde la primera sesión, el acompañamiento familiar se enfoca en pasos de acción prácticos. Cada sesión busca no solo explorar y comprender la situación de la familia, sino también implementar acciones concretas que contribuyan al progreso y bienestar de la familia. Este enfoque en la acción garantiza que el acompañamiento tenga un impacto tangible y positivo desde el inicio del proceso.
Aspectos Claves del Proceso
Recepción acogedora: El primer paso es recibir a la familia de manera cálida y establecer una relación de confianza. Esto implica abrir cauces de comunicación y crear un ambiente seguro donde los miembros de la familia se sientan cómodos para expresar sus preocupaciones y necesidades.
Escucha activa y preguntas reflexivas: Es fundamental saber escuchar y formular preguntas que ayuden a la familia a reflexionar sobre su situación. Este proceso permite que los miembros de la familia se conozcan mejor, comprendan su situación actual y descubran las posibilidades de cambio que tienen a su disposición.
Evaluación de la situación: Se realiza un análisis detallado de las potencialidades y dificultades de la familia. Esto incluye identificar las fortalezas y debilidades de las relaciones familiares y determinar los aspectos que requieren atención y mejora.
Definición de metas y objetivos Junto con la pareja o familia, se establece una visión ideal de hacia dónde quieren dirigirse. Se fijan metas y objetivos concretos que guiarán el proceso de acompañamiento. Este paso es crucial para orientar los esfuerzos y mantener el enfoque en los resultados deseados.
Elaboración de un plan de acción: Se crea un plan detallado que incluye las estrategias y herramientas necesarias para alcanzar los objetivos establecidos. Este plan debe ser flexible y adaptarse a las circunstancias cambiantes de la familia.
Implementación y seguimiento: El plan de acción se lleva a la práctica, apoyando a la familia en cada paso del proceso. El acompañante se asegura de que las acciones se ejecuten de manera efectiva y proporciona el aliento y apoyo necesario para mantener el impulso.
Revisión y evaluación continua: Se realizan evaluaciones periódicas para revisar los progresos y ajustar el plan según sea necesario. Este proceso de retroalimentación es vital para asegurar que el acompañamiento sea efectivo y responda a las necesidades cambiantes de la familia.
Cierre del proceso: Finalmente, se evalúan los resultados alcanzados y se determina el momento adecuado para finalizar el acompañamiento. Este cierre debe ser gradual y consensuado, asegurando que la familia se sienta capaz de continuar su camino de manera independiente.
Los recuerdos que creamos con nuestra familia lo son todo
Candace Cameron Bure
